EVANGELICAS. Catequesis
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   Se suelen denominar así a las que se hallan recogidas por los evangelistas o que pueden entenderse como intentos de sistematizar la doctrina de Jesús. Muchas son hermosas y fáciles de entender.

   1. Juan. Catequesis de

   El Evangelio atribuido a Juan Evangelista difiere de los Sinópticos en las formas de expresión y en los contenidos. Existen hechos en Juan que no aparecen en ninguno de los Sinópticos, mientras que otros que aparecen en éstos no están en Juan. y otros hechos o dichos son iguales pero aparecen en otros lugares o en otros contextos.
   Un ejemplo: la purifi­cación del Templo, por ejemplo, aparece al comienzo en Juan (2. 13-25) y en los Sinópticos al final de la vida de Jesús. Y otro ejemplo es la fecha que indica de la Última Cena y la crucifixión de Jesús (antes de la festividad de la Pascua en Juan y en la Pascua en los sinópticos).

   1.1. Rasgos joánicos.

   Juan se centra en los hechos de Jesús en Judea, mientras que los Sinópticos se detienen en los acontecimientos de Galilea.
   Lo que nos interesa más en el estilo y el contenido de la predicación:
      *  La forma responde a la literatura pregnóstica de algunos ambientes helenísticos del siglo I: discursos y relatos bien organizados, tonalidad polémica y conflictiva en los protagonistas, valor especial de los términos y de los conceptos usados.
      * Recoge el mensaje de Jesús en lar­gos discursos, bien pensados y repetitivos. Es una forma catequística "de persuasión", pero sabiendo que el auditorio no se halla bien dispuesto. Y ese auditorio son "los judíos" con quienes discute.
     * Abundan las alegorías, metáforas y razones íntimas, como de quien lleva un misterio que los oyentes no entienden, pero que es para ellos beneficioso.
      Algunas de las alegorías ampliamente comentadas son las del Buen Pastor (10), de la Vid verdadera (15) el pan la vida" (6,35) la luz del mundo (8,12), el Camino, la Verdad y la Vida (14.6) y otras.
  *  Se orientan las enseñanzas en su naturaleza divina y en su misión recibida del Padre, de quien se proclama hijo enviado a este mundo y predilecto suyo.
   No es fácil afirmar con pruebas que Juan conoció los sinópticos o alguno de ellos, sobre todo Marcos. Pero algunas de la coincidencia hacen pensar que, en caso negativo, alguna fuente común debieron tener sobre los "hechos y dichos de Jesús".
   La tradición atribuye este Evangelio a Juan, "el discípulo amado" del Señor, desde mediados del siglo II. Pero en los tiempos recientes esta autoría se puso en discu­sión, lo cual es interesante para los biblis­tas, pero no tanto para los catequistas y evangelizadores.
   Sea de él, o de uno de sus discípulos , lo importante es que transmite una visión de Jesús y de su doctrina centrada en la divinidad del Maestro y es mensajero, sobre todo, del amor que tuvo a los hombres.

 

 

  1.2. La estructura de Juan

   El Evangelio de Juan se divide en cuatro partes, incluso con rasgos estilísticos propios. En ellas se refleja su mensaje:
 
   1.2.1. La primera (1. 1-18)

   Es un breve prólogo sobre la naturaleza divina de Jesús, que es la Palabra, hecha carne (En griego Logos, en latín Verbo)  (1,1-2 y 14). Logos en el contex­to en que escribe indica idea, principio, explicación de todo, organizador del universo.
   Designa asimismo una doctrina cristiana, la Verdad, la Vida, que explica cómo es el ser divino que crea, ordena y salva al mundo, a quien Dios ama.

   1.2.2. La segunda (1.19-11,57   o se­gún otros 1.19-12.50).

   Presenta a Jesús como el consagrado, el ungido, el "Cristo" o Mesías salvador. Es el Logos hecho hombre para la salvación del mundo.
   Es el testimonio de Juan el Bautista y elección de los primeros discípu­los. Se expresa a través de los milagros o "señales" (2. 30) de Jesús, en los que "manifiesta su gloria" (2. 11).
   Hay milagros claves en Juan: transformación del agua en vino en Caná (2. 1-11), curación del hijo de un funcionario (4. 46-54), curación de un hombre 38 años enfer­mo (5. 1-9), multiplicación de los panes y los peces (6.1-15), curación del ciego de nacimien­to (9. 1-7) y la resurrección de Lázaro, amigo de Jesús (11. 1-46).

   1.2.3. La tercera.

   Comienza con los últimos viajes de Jesús a Betania y Jerusalén, que marcan el final de su magisterio (12).
   El milagro de Lázaro desencadena la persecución final y resurrección de Jesús (12 al 20). Incluye un relato de la Última Cena, el gran discurso y oración de Cristo, el drama de Judas, la prisión, pasión y crucifixión, con la posterior sepultura.
   Especial valor tienen los testimonios sobre el sepulcro vacío y las apariciones del resucitado a María Magdalena, a los discípulos y al incrédulo Tomás.

  1.2.4. La cuarta (21).

  Es un apéndice o epílogo. Cristo resucitado aparece por tercera vez y ordena a Pedro: "apacienta mis corderos" y "mis ovejas", predice el martirio de este apóstol y habla acerca de un discípulo al que ama (21. 1-24).

  1.3. Contexto y vocabulario.

   Juan escribe en un ambiente en que las creencias de los cultos mistéricos está en boga, sobre todo en Asia: en la misma Iglesia circulan actitudes gnósticas y escatológicas.
   Su lenguaje está lleno de referencias a la vida, a la muerte, al espíritu y a la carne, a la luz y a las tinieblas
   Consciente o no, lo que hace el autor es encarnar el mensaje de Jesús y so­bre Jesús.  Presenta el mensaje en términos afines a las corrientes filosóficas de su tiempo, en una forma quizá más comprensible para los destinatarios.
   El principal objetivo parece ser ofrecer un contraste al gnosticismo docético, que afirmaba que Cristo era una divinidad que apareció en forma humana y que no experimentaba sentimientos reales. Tal propósito explícito se manifiesta en 20. 30-31.

   1.4. Juan y los sinópticos

   Desde los primeros siglos cristianos, se sabe que el Evangelio de Juan es distinto de los tres Sinóp­ticos que le preceden.
   Entre las dife­rencias significativas se cuentan la ausencia en Juan de temas biográficos e históricos tales como el nacimiento y la infancia de Jesús, sus tentaciones, la transfiguración, la institución de la Eucaristía y la agonía en el huerto de Getsemaní.
   Sólo menciona el cambio milagroso del agua en vino en Caná, la resurrección milagrosa de Lázaro, el lavado de los pies de sus discípulos, los bautismos realizados por Jesús y sus discípulos (3. 22-36; 4. 1-2), Nicodemo (3. 1-21), la mujer samaritana (4. 7-26) y el incidente de una mujer "sorprendida en el adulterio" (7.53 - 8.11).


 

   1.5. Los otros escritos
 
   Reflejan una catequesis muy similar en lenguaje y contenido a la evangélica. No queda duda de la identidad de autor, al menos en lo esencial. Se manifiestan los mismos rasgos que los recogidos en el Evangelio.

   1.5.1. En las Cartas

   Son tres. Se multiplica el dualismo y la carga afectiva del Evangelio. Se incrementa la dimensión ética y mística del amor y del valor del grupo o comunidad.
   Se repiten las formas persuasivas y la resonancia de una autoridad moral y espiritual de quien habla en nombre de Jesús.
   En el caso de que no fueran materialmente de Juan, el discípulo "amado" de Jesús, el autor supo imitar su estilo y reflejar su corazón. Era con toda evidencia de la escuela catequística de Juan.
 
   1.5.2. En el Apocalipsis

   Algo parecido se puede decir del Apocalipsis o libro del consuelo de los perseguidos. Se refleja el amor al Cordero sacrificado. Se multiplican los dualismos y las resonancias éticas y afectivas.
    Los términos, los temas, los sentimientos, son tan equivalentes, aunque disfrazados de metáforas incomprensibles para los no iniciados (los perseguidores) pero familiares para los "hermanos". Es la misma catequesis, aunque con lenguaje prudentemente arropado de dibujos insinuantes y orientados a reclamar esperanza en los perseguidos.

   1.6. Catequesis de Juan

   Juan tiene rasgos originales que siempre han sido resaltados en la Iglesia:
     - Importancia que otorga al amor que Jesús tiene a los hombres y los términos amistosos que emplea para expresarlo.
     - Sentido de oposición entre las autoridades del Templo y la figura de Jesús, profeta ambulante no dependiente de él.
     - Valor que otorga a la comunidad de los discípulos, entre los que resaltan los após­toles y el protagonismo de tres de ellos.
     - La referencia respetuosa a la mujer, comenzando por su madre la Virgen María.
     - Las relaciones de Jesús con amigos y admiradores: Nicodemo, Lázaro, María y Marta, el mismo Juan; y también la frecuente relación de hechos relacionados con otros personajes anónimos: samaritana, ciego de Jerusalén, el centurión, etc.
     - La alusión insistente a las otras dos Personas, el Padre y el Espíritu Santo, con las que se proclama solidario y unido.
     - Atención preferente que presta a la muerte y pasión, anunciada antes, y celebrada en una Cena última singularmente descrita por el Evangelista.

 

 

 

 

   

 

 

    2. Lucas. Catequesis de

   La tradición del siglo II atribuye este Evangelio a Lucas, que Pablo llama "médico querido" (Col. 4.14) y presenta entre sus "colaboradores" (Fil. 1. 24).
   También se le atribuye los Hechos de los Apóstoles (De Pedro y los demás y de Pablo) a lo largo de los años y viajes de la primera difusión cristiana.
   Es casi seguro que ambos textos constituían un escrito único. La tendencia a agrupar los hechos de Jesús, normal en los comienzos del siglo, cambió en el siglo II.  Pero ni el contenido, ni la intención, ni el lenguaje ni la estructura ofrecen nada sustancial que acredite identidad y paternidad distante entre ambos.

   2.1. Datos de base.

   Es posible que lo iniciara estando con Pablo, preso en Roma, hacia el 63-65 d.C.. Pero no cabe duda de que sus rasgos son algo más tardíos, hacia el 80.
   Lucas declara que ha pretendido recoger con orden, y después de haber investigado con esmero, lo que otros han escrito sobre el Señor y la comunidad de los creyentes.
   El contexto cultural de Lucas es el mismo del Evangelio de San Marcos. Pero Lucas escribe con más desahogo y precisión, casi el doble que Marcos. Es seguro que lo conoció y sobre él añadió datos nuevos.
   Sobre todo hay dos fragmentos largos que le son originales: (Lc. 6.20 a 8.3 y 9.51 a 18.14). Probablemente estas añadiduras las tomó de otra fuente (la fuente Q) que recogía dichos y hechos de Jesús.

   2.2. Estructura

   Seis partes resultan claras en su texto, con el común denominador del amor a Jesús y de admiración por su humanidad.

   2.2.1. La Iniciación (1. 1-4)

   Es un prólogo, que expone las razones para escribir. En la introducción (1.3) lo dirige a un simbólico Teófilo (Theos, Dios y fileo, amar). Declara su intención de hacer historia, ha investiga­do, muestra interés por ordenar los datos con exacti­tud.

   2.2.2. La Infancia de Jesús

   Hay luego un relato origi­nal en estilo y en el contenido. Es el de la infancia de Jesús. Los relatos (1.5 a 2.52) son especialmente interesantes y precisos. Llaman la aten­ción los himnos que recoge: Canto de María o Magníficat (1.46-55), el Benedictus de Zacarías (1. 68-79), Canto de Simeón (2. 29-32).
    Se detiene en datos familiares que son exclusivos de Lucas: la anunciación (1. 26-38); visita de María a Isabel, madre de Juan el Bautista (1. 39-56); nacimiento de Juan el Bautista (1. 57-80); naci­miento de Jesús en Belén (2. 1-21), la circuncisión de Jesús y su consagración en el Templo (2. 21 a 40); no habla de la ida a Egipto (Mt. 2. 1-23) y sí de la peregrinación al Templo a los 12 años de edad (2. 41-52).

   2.2.3. En Galilea (3.1 a 9.50).

   Es similar, con relativamente pocas excepciones, al que encontramos en Marcos. Se insiste en el rechazo de la predicación de Jesús en la sinagoga de Nazareth (4.16-30), se presenta una genealogía de Jesús hasta Adán (3.23-28). Por otra parte, sitúa el lugar del Sermón de la Montaña "en un paraje llano" (6.17) y no en un monte (6. 20-49).

   2.2.4. Hacia Jerusa­lén (9.51 a 19­.48)

   Lo presenta con datos propios. Le hace atravesar Samaria (9.51-19.48), a dife­rencia de Marcos y Mateo. Es sobre todo esta parte (proba­blemente tomada en su mayoría de alguna fuente, que se suele llamar "L"), la que numerosos espe­cialistas denominan 'sección especial de Lucas'.
   Las narraciones y dichos únicos que aparecen en esta sección hablan de la misión de 72 discípu­los (10. 1-20), de la visita a la casa de Marta y María (10.38-42), del publicano Zaqueo (19.1-10), y de parábolas interesantes: buen samaritano (10. 29-37); dracma perdida (15.1-10), hijo pródigo (15.11-32), rico Epulón (16. 19-31).
   Aquí también se incluye un "padrenuestro” abreviado en relación a Mateo (Mt. 6. 9-15) y en contexto diferente.


  
2.2.5. Anuncio en Jerusa­lén (20-21). 

   La hace preceder de la entrada triunfal (Lc. 19. 29-40), pero añade los imprope­rios (41-44), la expulsión de los cambistas del templo (46-47), la predicación y oposición de los escribas (19-47).
   Des­pués de la parábola de los viñado­res (20. 9-19) y de sus conse­jos sobre el tributo al César (20. 20-26), presenta amplio espacio escatológico (20.27 a 21.37)

   2.2.6. Pasión y muerte. (22 a 24)

   Se halla excelentemente ordenada y documentada. Va muy unida a Marcos, pero añade datos originales: las últimas palabras de Jesús a sus discípulos (22.  21-38), sus palabras en camino hacia la cruz (23. 28-31), lo dicho a los dos la­drones crucificados (23. 39-43), las apariciones del resucitado en el camino de Emaús y en Jerusalén (24. 13-49) y la Ascensión de Jesús (24. 50-53).

   2.3. Estilo y lenguaje

   Se advierte que está escrito para creyentes no judíos por las explicaciones y datos que aporta. La genealogía de Jesús resalta la importancia universal de Cristo. Los pequeños detalles rezuman universalidad.
  Sólo Lucas recuerda que algunos soldados (que eran gentiles) fueron bauti­zados por Juan (3. 14); muestra un interés grande por los samaritanos (9.  51-56; 17. 11-19); y expresa el deseo de que su Evangelio llegue a "todas las naciones" (24. 47). Muestra preocupa­ción por el rico y el po­bre y compasión por los pecadores y por la mujer (7. 11-17; 7. 36-50; 8. 1-3).

   2.4. Catequesis de Lucas

   El Evangelio de este gentil, seguidor de Pablo desde el 52, que luego le a­compaña a Jerusalén y a la cautividad de Roma, está hecho pensando en los gentiles. Es una serie de enseñanzas, de catequesis, para los convertidos de la gentilidad.
   Por eso su estilo refleja el espíritu ecuménico de Pablo su maestro. Hasta en 84 palabras específicas y fundamentales hay coincidencia con las cartas más auténticas de Pablo.
 
    2.4.1. Rasgos

    *  Resalta la compasión con los pobres pecadores e insiste en la bondad de Cristo para obtener el perdón para todos. Es el rasgo más claro de este "Evangelio de la misericordia"
    *  Argumenta sin casi alusión a la Ley y a los Profetas (sólo seis o siete veces alude a le ley de Moisés o a Isa­ías)
    *  Expone con claridad de objetivos y precisión de datos los hechos del Señor, siempre abierto a todos los pecadores.
    *  Resalta el perdón del Señor hasta en el momento de la cruz (soldados, ladrones, judíos presentes).
    *  Presenta a Jesús con insistencia como el iluminado por el Espíritu de Dios, más que el anunciado por los profetas.
    *  Resalta su misión clarificadora en Jerusalén, sin casi advertir su acción en Galilea.
    *  Llama la atención sobre la dimensión humana del Señor, como en su detallada descripción de la agonía y  oración del huerto (Lc. 22.43).

    2.4.2. Un texto especial.

    Es la infancia de Jesús. Los dos primero capítulos de Lucas reclaman atención por su estilo y datos originales, que le hacen muy diferente de los datos ofrecidos por Mc. y Mt.
   Lucas da el protagonismo a María y la hace modelo de madre virginal y de servidora del Mesías que viene. Resalta el papel de los pobres (pastores, muje­res, ancianos...)
   Y queda cierta perplejidad sobre las fuentes de los dos cánticos que recoge, sobre todo el que pone en labios de María.
   Eliminando la idea de que fueron com­puestos por él mismo, dentro de su género literario de rigor histórico, no cabe duda de que usó de fuentes especiales para esta primera parte. La tradición tardía le pone en relación personal con María misma o con Isabel, pero evidentemente no es probable dentro del contexto de su itinerario  biográfico
   Lo que si debemos resaltar es el gran valor catequístico de estos datos del Evan­gelio de Lucas. Son los que han fundado la liturgia de la Natividad y resaltado la figura y la piedad marianas.

   3. Marcos. Catequesis de

   Es el texto más primitivo de los Evan­gelio, según las recientes opiniones de autores que manejan argumentos arqueológicos y testimonios de primitivos autores como Eusebio de Cesarea (s. III) o el escritor Papías.

   3.1. Datos

   Se le suele identificar con el Juan Marcos, primo de Bernabé, aludido Hechos de los Apóstoles (He. 15,37-39) y en varias epístolas de Pablo (Col. 4,10; 2 Tim. 4.11; Fil. 24) o en 1 Pedro 5.13.
   Al margen de sus relaciones y conoci­mientos posibles con Pablo y también con Pedro, lo cierto es que hoy coincidencia de admitir que fue el primer evangelio escrito y hecho en ambiente de convertidos del judaísmo, con buenos conocimientos de los usos judaicos y de las expectativas mesiánicas basadas en los Profetas.
  La tradición hace pensar en Roma para la composición de este Evangelio, Pero las referencias internas hacen pensar en Galilea o en Siria.

   3.2. Mensaje de Marcos

   La misión salvadora está en el centro de la atención del Evangelista, desde el bautismo de Jesús, con el que empieza el relato, hasta el brevísimo dato de la resurrección.
   Es pues un Evangelio  que relata la historia del Jesús hombre y salvador. Lo hace de forma concreta, precisa y breve
   El Evangelio comienza y termina en Judea. Pero la mayor parte de las des­cripciones se sitúan en Galilea. La importancia de Galilea se asocia en Mar­cos a los datos que ha recogido de sus fuen­tes sobre el lugar en donde sus discípulos le verán por última vez (14. 28; 16. 7).

   3.3. Estructura

   Es sencilla, la más simple de los cuatro Evangelios, lo que acredita su carác­ter primerizo.

   3.3.1. Comienzos (1. 1 a 12)

   Se relata el Bautismo de Jesús y la penitencia en el desierto. Luego se tras­lada la atención a Galilea (1. 14) en donde inicia su predicación y sus signos maravillosos.
   Resalta el carácter introductorio del texto, breve, claro, propedéutico.

   3.3.2. Oposiciones (1.14 a 8.30)

   La mayor parte del Evangelio está orientada a presentar su figura en el contexto de Galilea en que se desenvuelve la acción. Se multiplica los signos y los gestos, para irse dando a conocer. Casi todo acontece en los alrede­dores del Mar de Gali­lea, donde Jesús predica sobre el Reino de Dios y sana a los enfer­mos.
  Son hechos que le van haciendo más amado por sus seguidores y más conocido por las poblaciones que atraviesa en su valiente predicación: curaciones, envío de los propios discípulos, multiplicación de panes y peces, disputas, muerte del Bautista.
   Su estilo se revela como parabólico y los anuncios caen en los oyentes como la semilla en la tierra.

  3.3.3. Hacia Jerusalén (8.31 a 13)

  Se inician los anuncios de la pasión que le espera y la atención comienza a orientarse hacia la ciudad santa, Jerusalén.
   En el fondo de Marcos, está el eje de la pasión:
      - primer anuncio (8. 31-33).   Pedro se le opone asustado.
      - segundo anuncio (9. 30-32).  Los discípulos no entendían.
      - tercer anuncio (10. 32-34). En las cercanías de Jerusalén.
  Y los hechos que recoge son especialmente mesiánicos: transfiguración (9. 3-12), curación del epiléptico (9. 14.29), consejo sobre el desprendimiento de las riquezas (10. 17-31), entrada festiva en Jerusalén (11. 1-11) y gestos proféticos en la ciudad (caps. 11 y 12)

   3.3.4. El final

   Desde Marcos 11. 11 hasta el final del Evangelio, se relatan los hechos de Jerusalén y el centro está en el fracaso final y la restauración con la resurrección y las apariciones.
     - Todo sucede en la ciudad santa y en sus alrededores, donde tienen lugar el conjunto de gestos mesiánicos (caps. 11 y 12) que anuncian su carácter divino.
     - Se recoge el discurso escatológico del Mesías (Cap. 13).
     - Se recuerda la cena de despedida y la noche de Getsemaní (14. 1 a 42)
     - Se relata su arresto y pasión, seguida de la muerte y el entierro (14. 43 a 15)
     - Y brevísimamente se alude a la resu­rrección, aparición y ascensión (Cap. 16)

   3.3.5. La conclusión de Marcos

    El Evangelio de Marcos parece termi­nar en Mc. 16.8 y muchos manuscritos primitivos así concluyen el relato.   Pero otros aña­den el fragmento que queda (16.8 a 16.20).
    Al margen de todas las multiformes interpretaciones que se han dado a esta diferencia, parece que Marcos refleja la doble tradición que existía entre los primeros discípulos sobre el lugar donde Jesús se había relacionado con ellos después de la resurrección: para uno en Galilea (que se recoge en 16. 1-8) y luego en Jerusalén (16. 9.20).
    Los especialistas lo explican sospechando que el texto primitivo terminaba en el 8 y alguien tardíamente, inspirándose en Lucas, añadió lo relativo a Jerusalén.
    Es un ejemplo de cómo en los textos evangélicos existe, junto al mensaje religioso, el factor humano. Lo esencial, el mensaje de la fe, está en que Jesús triunfó de la muerte con su resurrección, envió a sus seguidores a evangelizar al mundo y está glorioso en su Reino, hacia el cual sus seguidores caminan. Le secundario es si fue en Jerusalén o en Galilea su último contacto con ellos.
    Lo que a nosotros importa es el mensaje, el kerigma. Lo otro son opiniones: puede ser lo primero, lo segundo, o las dos cosas a la vez.

    3.4. Estructura literaria

    Es probable que el texto de Marcos se redactó debido al interés existente desde el principio en las comunidades cristianas de tener un relato de los hechos y dichos de Jesús. Y es casi seguro que Marcos partió de algún relato un poco sistemático de la pasión y muerte del señor y de alguna colección de dichos y de hechos.
    Sobre ello escribió con algún orden lo que hasta entonces había sido tradición oral. Así surge el texto, que es el más breve de los cuatro Evangelio
    Algunos fragmentos, como el conjunto de parábolas (cap 4) o los milagros de Galilea (caps. 4, 5 y 6), bien podían ya estar redactados y el evangelista se contentó con integrar­los en su relato escrito.

   3.4.1. El mérito de Marcos.

   Fue reunir todo el material disponible en un relato que atrajo el afecto y el interés de las comunidades y se fue extendiendo entre ellas para la lectura y reflexión en los encuentros de plegaria y Eucaristía.
   Además, el modo narrativo muestra cierta viveza dramática que le hace interesante. Se  inicia con una descripción del conflicto de Jesús con la fuerza cósmica del mal, Satán, y por el eco de la figura del Bautista en el Jordán al comienzo de la predicación de Jesús.
   La tensión y la lucha de Jesús contra el mal crece en los textos siguientes: 2. 6-7; 3. 2; 3. 6; 3. 22) y culmina en el enfrentamiento cono los sacerdotes y autoridades del Templo (11. 18) y sus ataques contra las autoridades judías (12. 1-12; 12. 38-40).
    La confrontación termina con la condena a muerte de Jesús (14. 1-2), el juicio y la crucifixión. En la narración de la Pasión, los adversario de Jesús lo san también los de los mismos cristianos que por ellos fueron perseguidos. Lógicamente esto era un motivo para que los cristianos vieran en aquel primer texto orgánico una apasionante radiografía de su vida colectiva.

   3.4.2. Resonancia

   Marcos debió tener resonancia en las comunidades primitivas que los fueron recopilando y transmitiendo con interés. Así surgieron otros deseos que pronto darían como resultado la redacción de los otros Evangelio más completo o más adaptados a lo que se relataba y recor­da­ba en otras comunidades.
   En su carácter pionero reside su importancia histórica. y en su viveza de imágenes cristológicas está su interés ideológico.
   Marcos debió estar asesorado por las mejores fuentes. Según la tradición, la de Pedro y la comunidad de Jerusalén o la numerosa de Antioquía. Pero a él le corresponde el mérito de haber ordena­do por escrito un material que daba pie para ordenar la predicación viva de la figura perseguida y de la doctrina salvadora del Mesías, en un contexto de amor profundo

    3.4.3. El tono de Marcos

   Es dramático, pues en el fondo de sus relatos late la lucha contra el mal, contra el Demonio maligno y contra los judíos adversos, tanto de Jerusalén como de Galilea.
   El tono apocalíptico de Marcos le hace atractivo. Muestra la victo­ria de Jesús, del Reino de Dios sobre el reino de Sa­tán, lo que queda reflejado en su historia humana y misionera (3. 27).
   El resultado final triunfante está en la Resurrección de Jesús (1. 34 y 44; 3. 12; 5. 43; 7. 36; 8. 26 y 30; 9. 9).
   Pero además culminará con la segunda venida, que los primeros seguidores de Jesús esperan con expectativa de inminencia.

   3.5. El Catequista y Marcos

   La Catequesis escondida en el texto de Marcos es viva y aleccionadora
       - Hace caer en la cuenta en el valor humano de la figura de Jesús.
       - Descubre el carácter de regalo que su mensaje salvador representa para todos.
       - Recuerda a los cristianos el carácter de lucha de la vida, a ejemplo de Jesús.
       - Recuerda su permanencia viva y misteriosa entre sus seguidores.
       - Se apoya en la necesidad de conti­nuar la vida conforme a la voluntad divina.
       - Resalta los hechos humanos, no sólo divinos de Jesús, con un realismo conmovedor y con una sencillez entrañable.

 
 

 

   4. Mateo. Catequesis de

    Los antiguos escritores cristianos atribuyen por unanimidad este Evangelio a Mateo, el Apóstol que fue llamado por Jesús desde su oficio de recaudador de impuestos.
   Y pensaron que fue el primer texto que se escribió en Palestina, poco antes de la destrucción de Jerusalén en el 70 d. C.
   Hoy se piensa que fue más tardío que Marcos y que, sin duda, los uso en su redacción, junto con la otra fuente que suelen llamar Q.

  4.1. Rasgos de Mateo

   Al margen de las opiniones, lo que queda claro es que el autor era judío, buen cono­cedor de leyes y usos judaicos de Palestina, e íntimamente relacionado con los primeros y más inmediatos seguidores del maestro.
    - Son numerosas las referencias a las escrituras, sobre todo las profecías.
   - Se multiplican las alusiones a las leyes y estilos de vida judíos que presuponen que el lector está familiarizado con ellos.
   - Es claro que va dirigido a cristianos procedentes del judaísmo palestino.
   - Es probable que fue escrito en la misma Palestina, o al menos en lugar habita­do por muchos  palestinos, como pudo ser la gran ciudad de Siria Antioquía.

   4.2. Estructura y organización.

   Tiene cinco centros de discursos y referencias. Cada una se halla introducida por una narración sobre los hechos de Jesús.
   El centro del Evangelio está en esas cinco secciones de narraciones y discursos. Suele terminar con la "cuando acabó Jesús estos discursos". Las primeras cuatro se localizan en Galilea y la quinta en Jerusalén.
   Se inician por una introducción genealógica y un relato del nacimiento de Jesús. Se termina con el relato de los "hechos finales": el proceso, muerte y resurrección.

  Son, pues, ocho partes bien organizadas.

   4.2.1. Narración inicial (1 y 2).

   Ofrece la dimensión humana del Salva­dor (genealogía hasta Abraham y refe­rencia a David). Se desa­rrollan datos sobre el nacimiento e infan­cia de Jesús (1. 18 a 2. 23).
   Habla de los "magos de Oriente" (2. 1), de huida a Egipto y de vuelta a Galilea.

   4.2.2. El primer mensaje.

  Es un conjunto de hechos y discursos (3 y 4). Habla del Bautista, de las tenta­ciones de Jesús y de los comienzos de su predicación.
  Siguen el Sermón de la Montaña (5 a 7), donde Jesús declara que ha veni­do para "dar cumplimiento" a "la Ley y los Profetas" (5. 17).
   En el Sermón están incluidas las Bienaventuranzas y el Padrenuestro (6. 9-13). Se presenta como una unidad bien trabajada y coherente.

   4.2.3. Más enseñanzas. (8. 1 a 9. 38)

   Se centra en diversas curaciones por la fe. En discurso (10. 1-42), Jesús ordena a sus doce discípulos curar y predicar "a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (10. 6).

   4.2.4. Otros discursos (11 y 12).

   Se recoge la creciente oposición de los "escribas y fariseos" a Jesús. El centro del discurso (13.1-52) es el Reino de los cielos. Jesús habla en parábolas y declara el trato especial con los discípulos (13.11). Recoge hermosas parábolas: sembrador (13.18-23), cizaña (13.24-30) y la mostaza (13.31-32).

   4.2.5. Je­sús rechazado. (13.53 a 18)

   Se inicia el proceso de su muerte con el rechazo que encuentra en los suyos.
   Un gesto se halla en la muerte de Juan el Bautista (14. 3-12), así como en la reacción ante diversas curaciones realizadas por Jesús y de la revelación (en Cesarea de Filipo) a los discípulos de su identidad divina y vocación (16.13-20) al mismo tiempo que del anuncio de su Pasión y Resurrección.
   Acontece la Transfiguración (17.1-8) y habla Jesús de la Iglesia, como comunidad que quiere establecer (17. 24 a 18.35). Se refiere a la Iglesia. En 16.17-19 y 18.17 aparece el término "ecclesia", reunión, grupo, por primera y única vez en los sinópticos.

   4.2.6. Ultimas enseñanzas (19 a 22).

   Se presenta la entrada triunfante en Jerusalén, la expulsión de los vendedo­res del Templo y las controversias con los saduceos y fariseos por diversos asuntos: tributo al César, la resurrección, al "mandamiento mayor de la Ley" (22.  36-37) y la paternidad del Mesías.
    Termina con una largo discurso en donde critica a los fariseos y escribas (23) y explica a los discípulos las señales de su venida y del fin del mundo (24.3), recoge algunas parábolas: la higuera (24.32-33), las diez vírge­nes (25. 1-3) los talentos (25.14-30), sobre la llegada del Reino y el juicio final (25).

    4.2.7. Termina el texto. (26 a 28)

    Con el proceso, precedido de la traición, de la última Cena y del prendimiento (26) el texto de mateo culmina su visión mesiánica de Jesús.
    El doble proceso, ante el Sanedrín y ante el Procurador, se halla descritos con claros pormenores (27 1 a 31) y con el sentido de quien recoge hechos dolo­rosos que pesan en la conciencia y en el recuerdo.
    La muerte y sepultura se relatan de forma condensada, muy ordenada y llena de precisiones (27. 31 a 66) y sentimientos muy concretos (drama de Judas, pre­ferencia por Barrabás, ofensa de la tropa a Jesús).
    Y la Resurrección y mandato misional a los discípulos se sitúan en Galilea (28) con enorme brevedad, aunque con claridad y nitidez en lo esencial (28. 16-20), dando la impresión de que no se dice todo.

 

  

 

   

  

 4.3. Catequesis de Mateo

   Llama la atención en Mateo el énfasis y viveza con que recoge los hechos. Al mismo tiempo el orden y estructura que presenta en los discursos. Son los dos rasgos característicos de una catequesis de persuasión y de instrucción doctrinal.

   4.3. 1. Rasgos típicos.

   Jesús, el centro del relato, se presente como la cumbre de las promesas proféti­cas y centro de la nueva salvación.
      -  Se centra todo en la presentación de Jesús como el Mesías Salvador, anun­ciado por los profetas y cercano a los hombres.
      -   Se organizan los argumentos en fun­ción de la intención claramente didácti­ca.
      - Se alude a las enseñanzas del  Maestro como dirigidas a la gente sencilla y especialmente a los discípulos elegi­dos.
       -  Se refleja el dolor de que los adversarios se nieguen a recibir la luz ofre­cida.
       - Se resalta el carácter popular de las enseñanzas y el valor prioritario que tiene el pueblo de Dios.
       -  Se descubre la voluntad de Jesús en torno a la "comunidad" de los seguido­res elegidos.
       - Se vinculan los hechos nuevos con el Antiguo Testamento, recogiendo la certeza de que la salvación ha llegado.
       -  Se deja clara la voluntad del maestro sobre la autoridad de Pedro (16.19).
       - Pero al mismo tiempo brilla la elec­ción singular de los Apóstoles para la misión evangelizadora de todo el mundo.
       - Y por eso es el Evangelio de la esperanza y de la confianza en Dios.

  4.3.2. Tres regalos de Mateo

  Entre otros muchos, se pueden recordar tres excelentes e insuperables documentos del mensaje cristiano:
   - Su versión completa de las Bienaventuranzas, base de la vida cristiana: (5. 1-12)
   - La fórmula completa del Padrenuestro como plegaria básica (6. 9-13).
   - El relato más completo de la Pasión es el más conocido y armónico. (26. 36 a 27. 66)

     Un modelo de catequesis de Mateo:

El Padre nuestro


     (La oración de Jesús (Mt. 6. 1-6)

(Ver paralela en Lc. 11. 2-4)

  1º. Análisis del contexto. (6. 1-3).
        Sermón del Monte. Jesús habla de la justicia y de la sinceridad.
        Mateo presenta un programa de vida. El Padre nuestro se presenta en contexto de un discurso.
        (Lucas afirma que son los discípulos los que, ante el ejemplo de Jesús, dice: "Enséñanos a orar".

  2º. Condiciones de la oración (6. 5-8): Dios como Padre. (Buscar algunos textos en que aparece la idea.
  3º. Formulación de la plegaria en siete peticiones. (6. 9-13).
        [Trabajo en siete grupos: búsqueda en Mateo de textos paralelos a cada petición (6 en Lucas)]
        1) Santificado tu nombre. 2) Venga a nosotros tu Reino. 3) Hágase tu voluntad.
        4) Danos el pan. 5) Perdónanos como perdonamos. 6) No nos dejes caer 7) Líbranos del mal.
  4º. Análisis de consecuencias y consignas para la vida desde el Padre nuestro. (6. 14-33)
          Búsqueda y presentación de hechos de vida relacionados con cada petición
  5º. Rezo motivado del Padre nuestro como conclusión de la catequesis.
          Invitación a un rezo más consciente en adelante de la plegaria que Jesús nos enseñó.